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¿Y para beber?

El cliente ya pidió su pizza, que llegará puntual, caliente y crujiente, fumante y rica, con más o menos ingredientes, dependiendo del gusto de cada uno. ¿Y para beber?

Publicado el miércoles, 23 julio 2014 |
Categoría: Curiosidad

El cliente ya pidió su pizza, que llegará puntual, caliente y crujiente, fumante y rica, con más o menos ingredientes, dependiendo del gusto de cada uno. Seguramente con los ingredientes de base: masa, tomate, mozzarella.

 

… ¿y para beber? La primera respuesta que le sale a uno espontáneamente es cerveza, pero pocos saben que el connubio pizza-cerveza nació en los años cincuenta. 

 

Antes solo había vino.

 

Según la tradición de la somellerie, cada plato se tendría que acompañar con un vino, preferiblemente local: como la pizza tiene su origen en Campania, se casa muy bien con un fresco Aglianico, una Falanghina o un Fiano, que son vinos de esa región. Algunos se atreven a proponer un Lettere, el tinto campano fresco y espumoso, que contrabalancea la acidez del tomate y la suavidad de la mozzarella.


Alguien llega a sugerir el Champán, pero la verdad es que pizza y cerveza ya suenan como una sola palabra.

E da bere?

 

Entonces, ¿cuál cerveza? De ser posible, mejor evitar las cervezas rubias industriales, con un contenido de CO2 muy alto, un gusto usualmente amargo y normalmente servidas muy frías: un choque violento y desagradable con la acidez del tomate. 

 

Ante todo, hay que recordar que el grado alcohólico debe ser por lo menos alrededor de los 7 grados, para permitir que la suavidad del alcohol se acompañe al tomate y desengrase la boca. Además, la cerveza no debe ser muy rica en l163pulo, para no cubrir el sabor de los distintos ingredientes que se añaden a la base.

 

Las cervezas trapenses belgas, sobre las que ya discutimos hace tiempo, se acompañan perfectamente a las pizzas más complejas, pues son las únicas capaces de contrastar la sapidez de algunos alimentos, como por ejemplo el queso y los distinto jamones.

 

En cambio, las cervezas con un regusto dulce se combinan bien a la pizza Napoletana, en la que triunfa la saladísima anchoa: el dulce de una cerveza negra, pero no tostada, puede ayudar a “apagar el fuego”.

 

E da bere?

 

Las cervecitas con grado alcohólico bajo y ligeramente perfumadas pueden acompañar pizzas que llevan pescado o mariscos, como por ejemplo la clásica marinera (que en italiano no es la Marinara sino la Frutti di Mare...).

 

Estas reglas generales pueden ayudaros a elegir entre las muchas cervezas artesanas; sin embargo la regla más importante es el gusto personal de cada uno.

 

Como dice nuestro amigo Kuaska “la cerveza no existe, existen LAS cervezas" y, por lo tanto, ¡a cada pizza su cerveza!

 

Y tú, ¿que combinación sugieres?

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